Niña desafiante

Conductas oposicionistas y desafiantes en los niños

¿Qué podemos hacer?

María, mamá de Mario, nos comenta que ella consiguió apoyo en Aprende Más porque su hijo tenía problemas conductuales, tuvo varios llamados de atención por parte del colegio, que sumado al TDAH, la situación se había convertido en todo un desafío para esta familia. Pese a las barreras conductuales de Leonel, y situaciones familiares que resintieron el vínculo con su esposo y la relación entre Leonel y su hermano menor, la situación fue mejorando con el acompañamiento y la disposición de Leonela de hacer un cambio a su narrativa.

Gracias a Aprende Más entendió que no todo es libertad, sino que tuvo que crear unos hábitos, con los cuales el niño aprendió a hacer muchas cosas que cambiaron la narrativa. Los hábitos van desde: levantarse en la mañana, orar, cepillarse, tender la cama, colaborar en las labores del hogar, y reforzar el mensaje de que son un equipo, no solamente una familia. Entendió que esto es una constancia, no solamente ahora, sino que debe ser constante el resto de su crianza para poder ver a su familia e hijo feliz.

Ahora bien, como Mario existen muchísimos casos en la cotidianidad de los hogares. Las conductas de oposición, desobediencia, desafío a la autoridad y negativismo, pueden estar presente en los niños a lo largo de diversas etapas de su desarrollo y pueden ser diversas sus causas; sentimientos de ira y tristeza no validados, molestia ante alguna situación que no han sabido comunicar, niños y adolescentes expuestos a situaciones de violencia y maltrato infantil, presencia de algún trastorno del neurodesarrollo como TDAH tal como lo tocamos en artículos anteriores, podrían estar comprometidas las funciones ejecutivas, e incluso, se puede estar ante la presencia de un Trastorno Oposicionista Desafiante (TOC).

En la etapa de los 2 y 3 años así como en la adolescencia se observan –en diversos grados- conductas de oposición y desafío a la autoridad.  En el caso de los más pequeños (2-3 años) empieza la formación de su identidad, se descubren como seres distintos a sus padres ya no son uno con ellos, descubren el popular “no” y aún se está en proceso de asimilación de normas de comportamiento social. En la adolescencia, hay una construcción propia de valores, independencia y una búsqueda de una identidad alejada a la de los padres. En la adolescencia es común que se presenten conductas desafiantes, hostiles, y renuentes al cumplimiento de las normas establecidas.

Trastorno Oposicionista Desafiante (TOC)

Al hablar de un trastorno de conducta, resulta esencial la revisión de un profesional en la salud mental  que observe  la presencia o no de los síntomas o conductas que den cuenta de la presencia de un trastorno.  Entre los síntomas del trastorno oposicionista desafiante se encuentran;  Enfado o irritabilidad, se percibe susceptible al enfado, actitud desafiante ante la autoridad y actitud rencorosa y vengativa. Para considerarse un trastorno debe cumplir con una intensidad y frecuencia especifica que no corresponda con lo esperado para la edad. Los dos elementos a considerar por el especialista son: Intensidad y frecuencia de dichas conductas.

¿Qué podemos hacer como padres ante conductas desafiantes u oposicionistas?

–        Lo primero, establecer límites y normas claras, estas deben ser consistentes. Las normas y límites deben ser contratos previos, los cuales se establecen con anticipación, generalmente el establecimiento de normas cuenta con un margen de negociación a fin de que el niño/a o adolescente se sienta escuchado y valorado en la relación entre padres e hijos. Recuerda: Establecer consecuencias específicas y además, razonables a la edad del niño/a.

–        Detrás de las conductas oposicionistas o desafiantes hay razonamientos propios del niño/a o adolescente, que requieren ser escuchadas y comprendidas, comprendidas no significa aceptar o validar la conducta desafiante, si no comprender lo que llevo al niño/a o adolescente a manifestar dicha conducta, cual fue el sistema de razonamiento y emoción que lo llevo a dicha conducta. 

–        Dar espacio al dialogo y a reflexión, una vez se perciba que el niño/a ha entrado en situación de calma luego de alguna crisis o situación de desafío entre padres e hijos

–        Promover espacios de conexión social y emocional,  con sus pares y adultos referentes. 

–        No tolerar lo intolerable y dejar pasar lo intrascendente. Elige las batallas que quieres dar y cuales simplemente dejarlas pasar.

–        Cuando se está ante presencia de conductas oposicionistas suele haber alteraciones en la flexibilidad cognitiva y la monitorización de si mismo, por lo tanto, fomentemos  conversaciones que abran espacios de debate, resolución múltiple de problemas, empatía y respeto. Reflejemos de forma concreta las conductas inapropiadas que vemos en los niños/as y adolescentes, actuando como una especie de “espejo” a través del cual se empiecen a ver a sí mismos. 

–        Evitar luchas de poder, tomar una actitud de autoridad que razona y abre espacios a la escucha activa y la comprensión. 

–        Finalmente, si sientes que las conductas de desafío a la autoridad, irritabilidad o irrespeto te han superado, busca ayuda de profesionales que puedan apoyarte y brindarte las herramientas apropiadas. Una evaluación apropiada dará cuenta del origen de dichas conductas y las herramientas especificas adaptadas a la situación particular del niño/a o adolescente.

En aprende mas, contamos con baterías conductuales que pueden brindarte mayor entendimiento de la situación del niño/a y adolescente asi como una caja de herramienta especialmente diseñada por especialistas en el área que apoyaran el desarrollo social y emocional del infante o joven. 

Referencias 

Quy, K y Stringaris, A. Trastornos externalizantes Capitulo 2: Trastorno negativista desafiante.